Tweet |
A partir de las 10, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de la Capital escuchará a la querella. Los imputados, Leandro Sánchez Reisse, Rubén Osvaldo Bufano y Arturo Silzle, están acusados de secuestro extorsivo y asociación ilícita. Todos eran miembros del Batallón 601.
El juicio que tiene como imputados a tres miembros del Batallón de Inteligencia 601 acusados de secuestrar empresarios durante la última dictadura cívico militar entrará hoy en la etapa final con el inicio de la ronda de alegatos. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de la Capital fijó el comienzo de la audiencia para las 10. Durante la jornada, los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y María del Carmen Roqueta tienen previsto escuchar la exposición de la querella. Mientras que el 21 y 28 de abril, será el turno de la Fiscalía y las defensas, respectivamente.
Leandro Sánchez Reisse, Rubén Osvaldo Bufano y Arturo Silzle son los tres imputados por los delitos de secuestro extorsivo y asociación ilícita, cometidos en perjuicio de Alberto Martínez Blanco, Ricardo Tomasevich y Carlos Koldobsky. Los hechos están enmarcados dentro del plan sistemático de terrorismo de Estado llevado adelante por la dictadura.
En esa época, los represores se especializaban en secuestros extorsivos de financistas. Según surge de la investigación, la banda persiguió a empresarios bajo la figura de “subversión económica”. Durante la instrucción, el juez federal Sebastián Casanello dijo que el dinero que obtenían de los secuestros extorsivos no sólo era destinado a hacer “caja propia”, sino a alimentar la estructura represiva. Esta banda, ligada también al secuestro de Fernando Combal, apareció en los secuestros extorsivos que reciclaron la mano de obra represiva y combinó a las fuerzas de policía.
La asociación ilícita funcionó durante 1980 y 1981, en el último periodo de la dictadura. "Las pruebas reunidas permiten sostener que la organización ilícita investigada –dice el juez en el procesamiento– estuvo integrada por más de tres personas dependientes de las Fuerzas Armadas, de servicios de Inteligencia y de las restantes fuerzas de seguridad y de otros sujetos vinculados con éstas, entre ellos: Bufano, Sánchez Reisse, Martínez y Silzle, que llevaron a cabo delitos en distintas jurisdicciones y utilizaron armamentos de gran calibre. La actuación ilegal que desplegaban respondió al mandato o cuanto menos contó con la tolerancia y aquiescencia de los superiores".
El Batallón 601 funcionó en el edificio de Viamonte y Callao que hace unos años fue comprado por la Universidad del Salvador. Fue uno de principales arietes de la represión de la última dictadura. Allí se reunió buena parte de los datos que luego sirvieron para aniquilar a los militantes políticos de las distintas organizaciones. Su nombre quedó asociado a varias operaciones represivas de peso como el secuestro y desaparición del director del diario El Cronista, Rafael Perrotta, y la cacería de quienes retornaron a la Argentina desde el exilio para participar de la Contraofensiva montonera.
Tweet |