Infojus Noticias

La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso de queja presentado por uno de los imputados por la desaparición de 24 trabajadores de la empresa Ford, que fueron secuestrados y torturados entre el 24 de marzo y el 20 de agosto de 1976 en la planta de Pacheco. Se trata de Héctor Francisco Jesús Sibilla, quien se encontraba a cargo de la seguridad de la planta por aquellos años.

Con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Higthon y Juan Maqueda, el máximo tribunal rechazó el recurso presentado por Pablo Moret, abogado de Sibilla, contra el requerimiento de elevación a juicio en su contra. La sentencia, firmada el martes pasado, se valió en que la defensa no cumplió con la acordada 4/2007, una norma que regula las presentaciones ante la Corte para desestimar la queja.

De esta manera, confirmó el rechazo que ya se había hecho en todas las demás instancias al principal argumento de la defensa de Sibilla: que en el requerimiento de elevación a juicio había “falta de individualización de las pruebas que los harían partícipes en los hechos que le son imputados”.

Gerentes de Ford juzgados por delitos de lesa humanidad

Sibilla es uno de los imputados civiles por secuestros y torturas en la planta de la fábrica Ford en 1976. Era mayor retirado del Ejército y, según recuerdan los sobrevivientes, alcanzó su máximo esplendor después del golpe. Terminada la dictadura, fue contratado como custodio en la Embajada de Estados Unidos donde se jubiló en 2004.

Entre los otros imputados civiles de la causa está el ex gerente de Manufactura de la planta automotriz, Pedro Müller. Muchos de los sobrevivientes lo señalan como una persona con mucho poder dentro de la empresa y con llegada directa al directorio. También aparece el ex gerente de Relaciones Laborales, Guillermo Galarraga, quien se presume tenía acceso a los legajos y a la información de todos los trabajadores de la empresa.

El entonces presidente de la Ford Nicolás Enrique Julián Courard también debía ser enjuiciado, pero falleció en Chile, en 1989. Los tres acusados fueron considerados partícipes de los delitos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada por haber sido cometida por abuso funcional y con violencia y amenazas", reiterada en 24 hechos. Nueve de ellas. además, resultaron agravadas por haber transcurrido más de un mes junto a la imposición de tormentos.

Los testimonios de los sobrevivientes de aquellos años coinciden en que en el campo de deportes de la empresa se instalaron las mazmorras para los interrogatorios. Para golpearlos, los tenían encapuchados y maniatados con alambre en la zona de “quinchos” de la empresa en Palermo.

“En la Ford funcionó un lugar donde se torturaba gente”, dijo a Infojus Noticias en marzo de este año el ex trabajador de la planta de Pacheco Carlos Propato, que es uno de los 24 obreros detenidos que querellan en la causa.