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Los fiscales federales de La Plata Hernán Schapiro y Gerardo Fernández apelaron las penas a los ex policías bonaerenses Bruno Trevisán y Jorge Rómulo Ferranti. Habían sido condenados por “vejaciones a los hermanos Iaccarino, durante la dictadura.
Los fiscales federales de La Plata Hernán Schapiro y Gerardo Fernández apelaron el viernes pasado las penas a los ex policías bonaerenses Bruno Trevisán y Jorge Rómulo Ferranti. Habían sido condenados-respectivamente- a tres y cuatro años de prisión por “vejaciones y severidades impuestas” a los hermanos Alejandro, Carlos y Rodolfo Iaccarino –este último ya fallecido-, secuestrados durante la última dictadura cívico militar. La sentencia la dictó el 3 de junio último el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 1 de La Plata.
Los representantes del Ministerio Público reclamaron que la Cámara de Casación se expida sobre el asunto de fondo “sin necesidad de un nuevo juicio”. “Lo que pedimos es que la Cámara decida sobre el asunto sin devolver el expediente al Tribunal Oral”, explicó Schapiro a Infojus Noticias. “Hay que evitar la revictimización, y además, es una causa que ya lleva más de 35 años”, agregó.
En la presentación, los fiscales cuestionaron no sólo el monto de la penas, sino también la figura “vejaciones y severidades impuestas” utilizada en el voto mayoritario de los magistrados Pablo Jantus y Pablo Vega. Es que el presidente del Tribunal, Carlos Rozanski, se expresó en disidencia y pidió 13 años para ambos.
En su alegato, en las jornadas finales del juicio, los funcionarios habían pedido 11 y 13 años de prisión para los dos imputados, jefe y subjefe por entonces de la Brigada de Investigaciones de Avellaneda, por considerarlos coautores del delito de “secuestro coactivo y aplicación de tormentos”.
Jantus y Vega, los jueces que determinaron la sentencia, consideraron que el cautiverio de los hermanos Iaccarino en la Brigada de Investigaciones de Lanús –conocido como “El Infierno”-, había sido una detención legal, ya que existían causas judiciales iniciadas contra ellos. “Pero las causas eran meras fachadas para cubrir una detención ilegal”, dijo Schapiro. Los días previos a la llegada a la dependencia policial, los Iaccarino habían sido torturados sin descanso.
“En suma, entiende este Ministerio Público que los lugares de detención por los que pasaron los Iaccarino fueron distintos eslabones de un mismo periplo ilegal, y contribuyeron al fin último de debilitar su voluntad para que accedieran a disponer forzadamente de sus bienes”, dice el escrito. “Tenemos expectativas de poder revertir este fallo en Casación”, concluyó el funcionario judicial.
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