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En la noche del 12 al 13 de diciembre de 1976, veintidós militantes montoneros fueron torturados y ejecutados en el paraje chaqueño Margarita Belén. El operativo había sido encabezado por el Ejército y la policía de Chaco. Intentaron hacerlo pasar por una huida, una fuga que no fue. En 2001, el entonces jefe del Ejército, reconoció que el hecho había sido "una operación militar para eliminar delincuentes terroristas". "Un fusilamiento encubierto de detenidos", aclaró. Por esta causa ya recibieron prisión perpetua, a mediados de 2011, ocho militares. A esa lista se agregó hoy otro exmilitar más, Norberto Tozzo, condenado por un tribunal de Resistencia a 24 años de cárcel.

El Tribunal Oral Federal de Resistencia, integrado por los jueces Alfredo García Wenk, Rubén Quiñónez y Selva Spessot, lo encontró culpable del delito de "privación ilegítima de la libertad, agravado por el tiempo en cuatro hechos en concurso real". Y lo responsabilizó por las desapariciones de los militantes políticos entrerrianos Fernando Piérola de 24 años y Reynald Zapata Soñez, de 35; del correntino Roberto Yedro, de 28; y el formoseño Julio Pereyra, de 25. Los jueces resolvieron además que Tozzo quedará bajo prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme y reiteró al gobierno nacional que intensifique la búsqueda de los restos de los desaparecidos en la masacre.

El juicio oral había empezado el 28 de febrero. Durante once audiencias, 13 testigos aportaron sus testimonios respecto a los delitos de lesa humanidad que se le imputaron a Tozzo. Los testimonios de familiares y sobrevivientes de la represión en el Chaco abundaron en detalles. Por ejemplo, sobre cómo fueron las palizas que sufrieron los detenidos políticos en la alcaidía de Resistencia durante la noche del 12 de diciembre. Es dcir, previo al traslado simulado hacia Formosa que terminó con el fusilamiento, a la vera de la ruta nacional 11.

El día de la masacre, Tozzo fue el copiloto del camión del Ejército Unimog 416 que trasladó parte de los presos. Los prisioneros fueron ejecutados con balazos en la nuca. No hubo bajas militares. La matanza la ordenó el general Cristino Nicolaides el 11 de diciembre de 1976. Tozzo no había sido incluido en el banquillo del juicio anterior porque se había escapado a Brasil. Estuvo prófugo desde 2003 luego de que un hábeas corpus concedido por la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia dejara sin efecto una orden de captura emitida por la Justicia Federal. Interpol lo capturó  el 17 de septiembre de 2008. Salía de un hotel de lujo en Ipanema, Río de Janeiro. Meses después fue extraditado.

La Fiscalía y la querella habían pedido 24 años de cárcel para Tozzo. Por "el papel de Tozzo en la represión en el NEA desde el Destacamento 124" y "la solidez y la coherencia de la totalidad de los testimonios de sobrevivientes respecto de los hechos del 13 de diciembre".

Hoy, un monumento sobre la ruta 11 recuerda a los caídos en la matanza.