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Atacaron y violentaron ayer la sede de la Comisión y el Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba, que funciona en el ex centro clandestino D2. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación repudió el ataque. “Tenemos una sensación de impotencia", dijo una trabajadora.
El memorial ubicado en la fachada del ex centro clandestino de detención D2, donde funciona actualmente la sede de la Comisión y Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba, fue violentado esta madrugada y por agresores que aún no se pudieron identificar. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación repudió la agresión y se solidarizó con “los compañeros que trabajan incansablemente en las actividades del espacio y en el impulso a los juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos en esa provincia”.
“El sitio de memoria donde funcionó el Departamento de Informaciones de la Policía de la provincia de Córdoba (D2) impulsa desde hace años la construcción de memorias con participación de amplios sectores de la comunidad”, señala el comunicado de la secretaría. Y reclamó una “rápida investigación y esclarecimiento de los hechos y sus responsables”.
“Cuando llegaron los trabajadores de la institución por la mañana encontraron dos de los cuatro acrílicos que tienen los nombres de las víctimas del terrorismo de Estado partidos en pedazos”, dijo a Infojus Noticias Clarisa Villares, del Archivo provincial de la Memoria de Córdoba. Contó que “como había una tormenta muy fuerte, el personal que custodia el predio las 24 horas hacia su trabajo desde el interior”.
El Archivo de la Memoria es custodiado todo el día por personal del Cuerpo Especial de Protección a Testigos de la Policía Provincial de Córdoba. Hasta el momento, no hay ningún tipo de información sobre las causas que originaron el hecho, que investiga el departamento judicial de la comisaría N°1.
“Desde la Comisión y el Archivo de la Memoria repudiamos enérgicamente los actos de violencia sobre las diferentes ‘marcas de memoria’ que desde la institución venimos desarrollando”, dice en el comunicado. Villares denunció: “Tenemos una sensación de impotencia a partir de estos actos”.
Según informaron desde la comisión, estas iniciativas de marcación pública apuntan a transformar los espacios en lugares de memorias: “El lugar es el sitio en donde la memoria se expresa, existe, acontece; permitiendo que las personas reflexionen desde el presente sobre el pasado, forjando un proyecto conjunto para el futuro”.
“Este predio es un lugar grande, tiene un sector donde está el museo donde funcionaba el centro de detención y tortura, y otra parte de oficinas donde está el archivo. Es difícil tenerlo custodiado completo. Y la indignación que nos generan los agresores tiene que ver con un daño al espacio que es de todos”, dijo Villares.
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