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9-11-2015|12:46|Lesa humanidad Nacionales
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Se juzgan 789 hechos y hay 56 acusados

Causa ESMA: alegaron por el caso del matrimonio Siver – Reinhold

En una nueva jornada, la fiscal Mercedes Soiza Reilly avanzó con el análisis de los casos que son juzgados en la causa “ESMA unificada”. La historia de Susana y Ricardo y de su hija nacida en cautiverio fue una de las primeras que se escuchó durante la mañana.

Por: Infojus Noticias

Cuatro meses de embarazo tenía Susana Beatriz Siver de Reinhold el día en el que la patota entró a su casa de Pisco 67, en la localidad de Haedo, y se la llevaron. Poco antes, no muy lejos de ahí, su compañero, Marcelo Carlos Reinhold, corría la misma suerte. Los dos volvieron a verse dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada. Marcelo fue asesinado y su cuerpo incinerado dentro de un auto en Pilar. Susana tuvo a su beba en el Hospital Naval. La llamó Laura. Poco después fue desaparecida. La criatura recuperó su identidad ya siendo una mujer. La historia del matrimonio  Siver–Reinhold fue uno de los casos que hoy expuso la fiscal Mercedes Soiza Reilly en la continuidad de su alegato en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA.

El juicio conocido como “Causa Esma unificada”, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 de la Capital –integrado por los jueces Daniel Obligado, Adriana Palliotti y Leopoldo Bruglia–, inició en marzo de 2013; en él se ventilan 789 hechos y tiene 56 acusados entre los que están Alfredo Astiz y Jorge “El Tigre” Acosta. En el proceso se unificaron diferentes tramos de la megacausa ESMA, identificados con los números de causa 1282, 1349, 1415, 1492, 1510, 1545, 1668, 1689 y 1714, en los que se investigan el período del año 1976 en adelante y la investigación denominada “Vuelos de la muerte”.

La historia que pudo reconstruirse sobre Susana cuenta que después del secuestro fue llevada a la casa del Servicio de Inteligencia Naval y que ahí estuvo hasta el 17 de octubre. Su siguiente destino fue la ESMA. Ahí fue alojada en el sector “Capuchita” con grilletes en los pies y sometida a las paupérrimas condiciones generales de alimentación, higiene y alojamiento que existían en el lugar. También fue obligada a trabajar en tareas de archivo para la Armada. A poco de entrar en fecha de parto fue llevada a la “pieza de las embarazadas”. Durante este período, Susana fue sometida a interrogatorios mientras torturaban a Marcelo, su esposo.

La sobreviviente Sara Solarz de Osatinsky declaró en junio de 2007 que conoció a Susana en la ESMA y que “un domingo del mes de enero de 1978 Siver de Reinhold comenzó a sufrir dolores de parto y, dado que el doctor (Jorge Luis) Magnasco se encontraba de vacaciones y era quien habitualmente atendía los partos dentro de la ESMA, (Raúl Enrique) Scheller fue a buscar al jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Naval de Buenos Aires, quien diagnosticó que debía practicársele una cesárea en un hospital”. Susana fue trasladada al Hospital Naval y ahí se le practicó la cesárea por la que nació su hija a quien llamó Laura. Magnasco y Scheller son dos de los más de 50 imputados en este juicio.

Se estima que, devuelta en la ESMA, Susana pudo estar con su hija unos diez o quince días. Entonces pudo amamantarla hasta que fue trasladada. Posteriormente, el subprefecto Héctor Febres avisó a las otras embarazadas que se llevarían a la criatura. Esa misma noche, el jefe de guardia apodado “Pedro Bolita” se llevó a la niña, la que nunca fue entregada a sus abuelos.

En mayo de este año, Florencia Laura Reinhold Siver declaró en el juicio que condenó a ocho años de prisión a sus apropiadores Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese, y a seis años a Francisco De Luca, un médico amigo de Lavia que firmó la partida de nacimiento apócrifa que garantizó el ocultamiento de la identidad de la niña. En su tesimonió, la nieta restituida en agosto de 2011, contó que supo por testimonios de sobrevivientes de la ESMA que nació el 15 de enero de 1978. Y el recuerdo de los sobrevivientes tiene una referencia ineludible: ese domingo fue el mismo en el que asesinaron a la dirigente de la organización Montoneros, Norma Esther Arrostito. “De mi mamá no se sabe nada más desde que me separaron de ella. Supongo que hasta febrero lo pasé con ella, que me pudo amamantar. Sé que me apodó “Lauchita”, porque era muy chiquita”, contó Florencia durante su declaración. Ahora, la desaparición forzada de sus padres es la que está pronta a recibir justicia. 

La suerte de Marcelo, padre de Florencia Laura, fue similar: secuestrado el 14 de agosto de 1977, junto con su amigo Alejandro Roberto Odell, en Haedo, por integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2. pasó por la casa del Servicio de Inteligencia Naval y después por la ESMA, hasta que el 9 de noviembre de 1977, Reinhold fue sacada del centro de exterminio junto con Roberto Cigliutti en un traslado “especial”. Ese mismo día se encontró su cuerpo incinerado dentro de un auto Renault destrozado y totalmente incendiado, en el kilómetro 34 de la ruta Panamericana.

JC/PW

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