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Lo dijo la jueza María del Carmen Roqueta, integrante del TOF 6, que a partir del miércoles empezará a juzgar a dos médicos, una partera y dos jefes militares acusados de actuar en la maternidad clandestina de Campo de Mayo. Se trata del mismo Tribunal que en 2012 sentenció que hubo un plan sistemático de apropiación de bebés.
Por primera vez la Justicia sentará en el banquillo a las manos profesionales que posibilitaron que el robo de bebés durante la última dictadura cívico militar fuera posible. Se trata de dos médicos y una partera que actuaron en Campo de Mayo: los primeros eslabones de la cadena que conformó el plan sistemático de apropiaciones diseñado desde la cúpula de dictadura. El dictador Reynaldo Bignone y Santiago Riveros, responsables de la zona militar, también están imputados. El miércoles desde las 9.30 en los tribunales de Comodoro Py, empezarán a ventilarse 16 casos.
Norberto Bianco, ex mayor del Ejército y Raúl Eugenio Martín son los médicos militares que están acusados de atender los partos de las detenidas desaparecidas que pasaron por el centro clandestino de detención que funcionó en la guarnición del Ejército ubicada en la zona noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Yolanda Arroche de Sala García, partera, quien reconoció haber atendido partos de mujeres en cautiverio también deberá enfrentar al Tribunal Oral Criminal Federal 6 de Capital Federal. Este mismo Tribunal fue el que en 2012 sentenció que hubo un plan sistemático de apropiación de recién nacidos, por lo cual condenó a penas de hasta 50 años de cárcel a los acusados, entre ellos el fallecido dictador Jorge Rafael Videla.
El debate tiene como querellante a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Se prevé escuchar la declaración testimonial de entre 30 y 40 personas. Los casos que se juzgarán incluyen el secuestro de ocho embarazadas y sus partos en el Hospital Militar de Campo de Mayo, cuyo jefe máximo era Bignone.
La jueza María del Carmen Roqueta, junto a sus colegas Julio Luis Panelo y Jorge Humberto Gettas, serán quienes tengan que dirimir justicia en esta causa. Ellos fueron también los que llevaron adelante el juicio que condenó a Videla y otros represores por el delito de apropiación. También quienes en esa sentencia dejaron en claro que el robo de hijos de desaparecidos no fue al azar, sino un plan sistematizados.
–¿Cuál es la importancia histórica que tiene llevar a juicio a los médicos que participaron en la maternidad clandestina de Campo de Mayo?
–Esta causa no llegó a tiempo para que nosotros la incluyéramos en la causa más grande en la que Videla, Bignone, Franco fueron condenados. Es importante conocer y ver qué rol cumplió cada uno. Hubo médicos que fueron testigos y apenas vino la democracia fueron a declarar en Conadep, entonces tenemos que juzgarlos y ver si han participado o no en estos delitos. Obviamente que es importante poder avanzar en el conocimiento de lo que sucedió en una de las maternidades clandestinas más importantes.
–En el fallo de la primera causa se habla de un “plan sistemático de robo de bebés”…
–Hablamos de una práctica sistematizada y generalizada…
–¿Qué quiere decir eso y qué elementos encontraron para arribar a ese fallo?
–Cuando fue la Causa 13, en la que se juzgó a las Juntas, hubo casos de niños que no aparecían. La Cámara Federal, en ese momento, los tomó como casos aislados. El tiempo le dio la razón a las Abuelas, que en su presentación del año 97 dijeron que esto formó parte de la práctica generalizada del terrorismo de Estados. Lo que pudimos comprobar es que efectivamente esta práctica estuvo dentro de ese plan. La idea era que a las mujeres embarazadas o niños que fueron secuestrados junto con sus padres que iban a desaparecer, desaparecerlos también. Entonces, lo que fuimos viendo como prueba es que se esperaba que esas muchachas dieran a luz, después se las trasladaba y a los bebés se los daba. Hay muchos casos de militares o miembros de fuerzas policiales que fueron apropiadores. Ese es otro elemento que se repite. Igual que la atención que tenían las embarazadas: en el marco de la situación inhumana en la que estaban detenidas, la deferencia en algunos casos de darle una fruta más o darle algo de comer, comprarles el ajuar, y otros comportamientos que, todos juntos, dan un panorama de lo que uno puede llegar a decir que se trataba de una práctica que fue diseñándose a través del tiempo.
–Este juicio llega en un momento particular en lo que tiene que ver con la restitución de identidad ¿Cómo cree que puede impactar la aparición de Ignacio Guido Montoya Carlotto en el proceso?
–Nosotros en el juicio pasado juzgamos el caso Carlotto, en ese momento no había aparecido el “bebé”, pero nosotros sí pudimos probar que había nacido y por eso fueron condenados algunos de los imputados. Siempre que aparecen estos temas ayudan a algunas personas a poder presentarse. Todo lo que se publicite, obviamente es importante para los que tienen duda respecto a su identidad. Cada uno tiene una experiencia distinta. Siempre es importante.
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