Infojus Noticias

16 de Marzo 2016 - 11:42 hs
Ingresa al Archivo de Infojus Noticias
18-5-2013|12:00|Lesa Humanidad Nacionales
Etiquetas:
La historia detrás del juicio

Iaccarino: los patrones torturados

Eran tres hermanos empresarios. Tenían 7 empresas y 400 empleados. Los secuestraron en 1976 y los torturaron en el Centro Clandestino de Detención “El Infierno”. Hoy viven custodiados por gendarmes. Esta semana empezó el juicio en La Plata.

  • Alejandro y Carlos Iaccarino fueron detenidos en noviembre de 1976 Diego Chapay / Anfibia
Por: Juan Manuel Mannarino

De los tres Iaccarino quedaron dos. Alejandro tiene 65 años, es un hombre bajo, calvo y de voz gruesa. Carlos, de 64, es alto, robusto y tímido. Rodolfo tendría 66 pero murió hace dos años por problemas cardíacos después de recibir una amenaza de muerte en una plaza.
Un hombre bien vestido se le acercó y le dijo: “El caso Julio López va a ser un poroto al lado de los Iaccarino”.
Rodolfo volvió a su casa y no pudo salir más.
Murió de miedo, dicen.
Alejandro y Carlos sienten que están protegidos por las estampitas de San Jorge, San Cayetano y San Benito guardadas en los bolsillos del pantalón. Saben que ellos, que estarán sentados en el banquillo opuesto del tribunal, también creen en Dios. Durante los alegatos, los Iaccarino pensarán en su familia, en los milagros, en sus empresas y en las misiones.
Porque, en definitiva, eso es lo que son: hombres de familia, fe y negocios.
 

***


A los treinta años tenían un avión privado, siete empresas, cerca de 400 empleados, el sueño de adquirir un crédito millonario en Nueva York para crear un banco y un plan. Sobre todo, los hermanos Iaccarino, hijos de comerciantes italianos pobres, criados en la moral católica, tenían un plan. Se llamaba “Plan Económico Expansivo General” (PEEG). Querían cambiar el sistema económico del noroeste argentino. Eliminar los intermediarios y competir contra los monopolios. Sonaba raro: no eran empresarios con ideología socialista ni marxista ni cooperativista. Elegían la religión antes que la política y el liberalismo antes que la revolución de izquierda que se expandía por el continente latinoamericano.
Se definían, simplemente, como “economistas sociales”. También sonaba raro: daban más plata a los tamberos y a los trabajadores pero, al mismo tiempo, se hacían millonarios.
Pero no fue.
El 4 de noviembre de 1976, se los llevaron detenidos. Y el plan quedó en la nada. 
 

***


En1940, Alejandro Shaw era un dandy, de esos con sombrero y frac: dueño del Banco Shaw y uno los empresarios argentinos más exitosos a mediados del siglo XX.
Casado con Sara Tornquist, hija de familia aristocrática, nunca imaginaría que un joven sin casta alguna en el mundo financiero le acercaría en 1964 el borrador de un plan económico. No daba entrevistas y menos a un insignificante. Así, el joven, hambriento por caminar los pasillos de los altos negocios, fue rechazado una y otra por su secretaria. Hasta que una tarde, a Shaw le dio curiosidad. Fueron cinco minutos en su despacho. El joven, Alejandro Iaccarino, le expuso las bases de su plan. El financista lo escuchó y le dijo:
—Querido, se está metiendo en la boca del lobo.
—Yo elijo masticarme con quien quiero —respondió él.
Shaw lo citó varias veces más. Y le reformó 3 de las 17 bases de su plan, que ya por entonces Alejandro llamaba “Plan Económico Expansivo General” (PEEG). Le dijo que tenía que empezar a negociar con los gremios. Era poco creíble: un miembro del establishment ayudaba a un ignoto que a su vez se proponía atacar a los intereses de su clase. Pero sucedió. Los Iaccarino lo llaman el “primer milagro”.
—Yo aprendí a armar un negocio en cinco minutos —dice, ahora, Alejandro—. Cuando ideamos nuestro plan, pensamos en un tipo de empresario con gran ética y moral. Hay que conocer de bancos, de recursos financieros y de costos y beneficios pero siempre buscando la paz social.

Lea la crónica completa en Revista Anfibia.

Relacionadas