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26-8-2015|20:10|Lesa Humanidad Nacionales
En el cementerio La Piedad, en Rosario

Identifican los restos de la “Flaca” Minetti, una militante de la UES

A Analía Egle Minetti la fusilaron y enterraron como NN en 1977. Su cuerpo había sido desenterrado en 2011, en el marco de una investigación judicial. Cuatro años después, el Equipo Argentino de Antropología Forense logró identificar sus restos. Su caso será juzgado en el tercer tramo de la megacausa Feced, que fue elevado a juicio la semana pasada.

Por: Sebastián Ortega

Analía Egle Minetti, la “Flaca”, estaba demacrada por las torturas. Tenía 21 años y junto a otros detenidos ilegales la cargaron en un camión y la tuvieron dando vueltas por las calles de Rosario para que no la vieran los miembros de la Cruz Roja Internacional que visitarían la ex Jefatura, en 1977. Unos meses después se la volvieron a llevar, pero ya no volvió. La fusilaron dentro de un auto junto a otros dos militantes en un enfrentamiento fraguado. Después prendieron fuego el vehículo y enterraron el cuerpo calcinado de la joven en una tumba NN en el cementerio La Piedad. Esta semana, cuatro años después de la exhumación, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) logró identificar sus restos.

El cuerpo de Analía había sido desenterrado en 2011, en el marco de una investigación judicial que lleva adelante Unidad Fiscal de delitos de lesa humanidad, en la que se ordenó la excavación de 120 sepulturas de los sectores 73, 74 y 75: la zona de los muertos NN. Pobres, indigentes o personas sin familiares reconocidos que descansan en tumbas sin lápidas ni flores. Los huesos de la joven militante de la Unión de Estudiantes Secundarios y la Juventud Peronista estaban mezclados con restos de otras personas. “Las sepulturas fueron reutilizadas unas seis o siete veces durante todos estos años. Se encontraron muchos restos mezclados, por eso llevó mucho tiempo la identificación”, explicó a Infojus Noticias Miguel Nievas, coordinador del equipo del EAAF de Rosario.

Después de separar los restos se los envió al laboratorio del EAAF. “Se analizó su perfil biológico y se creó una hipótesis de identidad”, contó Nievas. Con ese universo acotado se comparó el perfil genético con los que había en el banco de datos. El cotejo dio positivo con el ADN del padre de Analía, Helder Pablo Minetti, ex juez de la localidad santafesina de Chabás. Los restos del hombre fallecido en 1991 habían sido exhumados el año pasado para la toma de las muestras.

La Flaca había nacido el 5 de noviembre de 1955 en Chabás. Mientras cursaba el Instituto Superior de Comercio “Libertador General San Martín” de Rosario comenzó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en la Juventud Peronista. El 6 de marzo de 1977 una patota de la SI la secuestró en la heladería de Mendoza y Ovidio Lagos y la trasladó al Pozo, el centro clandestino de detención que funcionaba en la ex Jefatura, donde la catalogaron como “aspirante Montonero”. Después la llevaron a “La Favela”, el área en el que, según contaron los sobrevivientes, las torturas eran más intensas. Ahí se encontró con su pareja y compañero de militancia en la UES, Daniel Toty Flores, que había sido chupado un mes antes.

El nombre de Analía fue uno de los más repetidos durante los dos primeros juicios de la megacausa Feced, en la que se investigan los delitos de lesa humanidad cometidos en el Servicio de Informaciones (SI) que funcionaba en la ex Jefatura, sede del comando del 2 Cuerpo del Ejército. Algunos sobrevivientes contaron que escuchaban los gritos de la Flaca y de Toty, que entre llantos decían que los iban a matar.

“En la Jefatura también estaba la Alcaidía, a cien metros del centro clandestino de detención, donde había detenidos legales”, explicó a Infojus Noticias la abogada de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Gabriela Durruty, querellante en la megacausa Feced.

Entre el 15 y el 17 de marzo estaba anunciada una visita de la comisión de veedores Cruz Roja Internacional por denuncias de torturas y malos tratos. Según relató un sobreviviente, a “los que estaban detenidos ilegalmente y muy golpeados” los subieron a un camión y los tuvieron dando vueltas durante horas. “Finalmente la visita al centro clandestino no se llevó a cabo”, contó Durruty.

Carmen Lucero estaba detenida en una pieza que se comunicaba por una escalera con La Favela. Hasta ahí llegaban los gritos de la Flaca y Toty, o los veía cuando los bajaban para bañarlos. La última vez que los escuchó fue la madrugada del 24 de marzo de 1977, en el primer aniversario del golpe. Ese día se los llevaron y no volvieron. “A ella la asesinaron en un operativo fraguado. La pusieron adentro de un auto con dos personas y los prendieron fuego”, explicó Nievas.

El caso de Analía será juzgado en el tercer tramo de la megacausa Feced, que fue elevado a juicio la semana pasada. Entre los represores que estarán en el banquillo de los acusados estarán los miembros de la patota del ex jefe de la Policía de Rosario, Agustín Feced, y el capellán Eugenio Zitelli. Están acusados por los delitos de homicidio, privaciones ilegítimas de la libertad, aplicación de torturas y tormentos y delitos sexuales cometidos contra más de 150 víctimas.

SO/RA

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