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Lo dijo Sabrina Gullino Valenzuela Negro, tras conocer la decisión del juez Leandro Ríos de dictar la falta de mérito al médico Miguel Torrealday, imputado en la causa que investiga la sustracción y sustitución de identidad de los hijos mellizos de los militantes desaparecidos Raquel Negro y Tulio "Tucho" Valenzuela.
Miguel Alberto Torrealday era uno de los dueños del Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná, donde fueron internados los hijos mellizos de Raquel Negro y Tulio “Tucho” Valenzuela. Los bebés nacieron en el Hospital Militar de Paraná y de allí fueron derivados a la clínica de Torrealday. La madre había sido trasladada para parir desde la Quinta de Funes, el centro clandestino en las afueras de Rosario donde estuvo secuestrada junto con el padre de los chicos y jefe de la columna rosarina de Montoneros.
Días después los bebés fueron dados de alta. A la nena la entregaron en un convento en las afueras de Rosario. Del varón, se perdió el rastro. Hasta que recuperó su identidad, Sabrina Valenzuela vivió sin saber que era hija de desaparecidos y que tenía un hermano mellizo, al que sigue buscando.
El juez federal Leandro Ríos dictó ayer la falta de mérito de Torrealday en la causa que investiga el robo de bebés. Puntualmente, el médico estaba acusado por el encubrimiento de la sustracción y como partícipe necesario de la sustitución de identidad de los mellizos.
El médico Miguel Alberto Torrealday
“Los elementos probatorios reunidos resultan insuficientes para tener por acreditada, con el mínimo grado de probabilidad requerido en este estadio procesal, la responsabilidad del encartado (Torrealday) en los hechos, al tiempo que tampoco resulta viable dictar su sobreseimiento”, consignó el magistrado en la resolución.
La indagatoria había sido solicitada en octubre del año pasado. Los querellantes y fiscales creen que Torrealday fue quien coordinó el ingreso y permanencia de los mellizos en la sala de neonatología del IPP, como también el alta médica y la entrega de los bebés a personas que no eran sus familiares ni ostentaban ningún poder legal sobre ellos. También lo acusan de haber permitido en su clínica privada a un bebé sin nombre (NN López) y otro con nombre falso (Soledad López), ambos provenientes del Hospital Militar.
Sin embargo, el juez consideró “imprudente afirmar la hipótesis de la acusación sin ahondar en la producción de medidas que la robustezcan” y por eso decidió no procesar al médico. “Tampoco resulta acertado descartar prima facie el estado de sospecha que motivara la llamado a indagatoria del encartado, el que a la fecha subsiste”, aclaró enseguida, descartando así el dictado de un sobreseimiento.
"La imputación era muy sólida y estaba sustentada en pruebas"
Para Sabrina la medida fue como un baldazo de agua fría: “De alguna manera es indignante porque el juez se tomó cinco meses para resolver sobre el llamado a indagatoria y diez días para decretar la falta demerito; es como que todavía existen contradicciones y trabas burocráticas que sostienen la impunidad para los cómplices civiles de los crímenes de lesa humanidad”, dijo a Infojus Noticias.
Tas conocerce el fallo, fiscales Mario Silva y José Ignacio Candioti están definiendo los términos para apelar la medida dispuesta por el juez Ríos. Candioti señaló “que la imputación era muy sólida, estaba sustentada en pruebas que ameritaban sostener no solo la sospecha razonable para llamarlo a indagatoria, sino la probabilidad de responsabilidad del acusado”. No obstante, sostuvo que “la falta de mérito es una medida provisoria y puede ser revocada en cualquier momento”.
Por su parte, Sofía Uranga, abogada querellante, señaló que “el juez dice que con las pruebas que se han aportado no tiene posibilidades de arribar al grado de convicción necesaria para dictar un procesamiento. Es una cuestión de convicción personal. Nosotros creemos que sí había pruebas para procesar a Torrealday, pero seguiremos trabajando no solo para reforzar la acusación hasta demostrar la responsabilidad del médico, sino también para seguir en la búsqueda del mellizo”. En diálogo con Infojus Noticias, enfatizó que “en términos técnicos, el juez no dice que Torrealday no sea responsable, sino que faltarían pruebas para convencerse de su responsabilidad, eso es la falta de mérito”.
Sabrina admitió la necesidad de trazar nuevas líneas de investigación: “Me apena porque este era un paso relevante para seguir construyendo otro país distinto basado en la verdad y la justicia, pero vamos a seguir peleando, sin bajar los brazos, armaremos una nueva estrategia e iremos para adelante, como nos enseñaron las Madres y Abuelas, que son pioneras en la reconstrucción de la verdad historia y buscando resultados que nos beneficien todos”.
En ese sentido, su abogada destacó que “lo más importante es determinar el paradero del mellizo”, para lo cual insistirán en un pedido para que el juez cite a declarar a Sabrina para que dé precisiones sobre algo que dijo hace unos días frente a los tribunales federales, respecto de que “en 2013, en una entrevista amigable, Torrealday reconoció que los mellizos fueron dados de alta el 27 de marzo de 1978, y que a los bebés los trajo y se los llevó la misma persona”, algo que permitiría inferir que podría saber de quién se trata.
El testimonio de las enfermeras, clave en juicio Hospital Militar
Raquel Negro y Tucho Valenzuela fueron secuestrados el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata y trasladados a la Quinta de Funes. Con ellos estaba Sebastián, el hijo de Raquel, que tenía un año y ocho meses. Ella estaba embarazada de los mellizos.
Cuando se aproximaba la fecha de parto, Raquel fue internada en el Hospital Militar de Paraná, con el nombre de “María Amarilla” y como sobrina del represor Leopoldo Fortunato Galtieri. Habría dado a luz el 3 de marzo y el parto fue atendido por médicos que no pertenecían al nosocomio, según refirió una enfermera. Tras dar a luz al varón, la madre lo arropó durante unos instantes hasta que unos hombres se lo llevaron; luego nació la nena. Enseguida los mellizos fueron internados como NN en la sala de terapia intensiva, porque supuestamente presentaban problemas respiratorios y cardíacos, y luego fueron derivados al IPP. La nena ingresó el 4 de marzo y el varón el 10 de marzo, se desconoce, dónde estuvo en esos días. Ambos egresaron el 27 de marzo.
La beba, esa misma noche fue dejada en el Hogar del Huérfano, un convento ubicado en las afueras de Rosario, y luego dada en adopción legal. Recuperó su identidad en diciembre de 2008, a los 30 años. Su hermano continúa desaparecido.
Durante el juicio "Hospital Militar", que investiga la sustracción de los mellizos, los represores sostuvieron la versión de que el varón había fallecido e inclusive así lo manifestaron también los médicos que los atendieron en el Hospital Militar. Pero durante el juicio contra los integrantes de la patota del Destacamento de Inteligencia de Rosario, las enfermeras robustecieron la hipótesis de que ambos estaban bien de salud y de la investigación surgió también que los servicios de atención e internación de los mellizos en la clínica privada fueron abonados por el Hospital Militar.
JCV/FM/LC
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