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24-8-2015|12:27|Lesa humanidad Nacionales
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Murió el torturador de Monte Peloni

Omar “el Pájaro” Ferreyra integraba la “guardia dura” del centro clandestino de detención de Olavarría. Su voz quedó grabada en la memoria de los detenidos-desaparecidos que lograron sobrevivir. En democracia se recicló en la política y en diciembre de 2003, el intendente radical de Olavarría, Helios Eseverri, lo nombró director de Control Urbano.

  • Sol Vazquez
Por: Juan Carrá

Fue en la tercera audiencia del juicio en el que se lo condenó a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Monte Peloni. Ese miércoles 24 de septiembre de 2014, Omar “el Pájaro” Ferreyra escuchó a una de sus víctimas diciendo que él era el amo y señor de la tortura en la vieja casona de las afueras de Olavarría. Al escucharlo, con los anteojos en la base de la nariz, miró por encima de las lentes y dejó de tomar nota. Después vino el cuarto intermedio y el Pájaro no volvió a la sala de audiencias. La querella pidió al Tribunal que el imputado volviera para poder ser señalado por otros testigos, pero no fue posible: Ferreyra había tenido una hemorragia digestiva como anuncio de un cáncer de esófago que ayer, a las 23, terminó con su vida a los 65 años.

Omar Ferreyra había sido sargento del Ejército y como tal formó parte de la patota del Regimiento de Caballería Blindada de Olavarría. Con el alias “Pájaro” se movía en Monte Peloni como uno de los miembros de la llamada “guardia dura”. Su voz quedó grabada en la memoria de quienes pasaron por las mazmorras de aquel lugar. Con la llegada de la democracia se recicló en la política y en diciembre de 2003, el intendente radical de Olavarría, Helios Eseverri lo nombró director de Control Urbano.

Sus apariciones en televisión como funcionario lo desnudaron. Un grupo de ex detenidos-desaparecidos lo denunciaron como miembro del aparato represivo en la última dictadura cívico militar. Como tal, se llevó al a tumba la cucarda de ser el blanco del primer escrache que se hizo en Olavarría: la marcha del 24 de marzo de 2004 terminó frente su casa y entonces Olavarría entera supo quién era. En 2007 se alejó de la función pública por “razones de salud”. Dos años después fue detenido. Llegó a juicio detenido en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz. Después de su condena, estuvo internado en el Hospital Municipal bajo tratamiento.

Carmelo Vinci, sobreviviente de Monte Peloni, dijo a Infojus Noticias, que prefiere no hablar sobre la muerte. “Nos queda la tranquilidad de que no haya fallecido impune”, dijo.

El canto del Pájaro

Aquella tarde de septiembre, el salón de usos múltiples de la Facultad de Olavarría estaba colmado de gente. Era la primera de las audiencias en la que los sobrevivientes iban a estar cara a cara con sus verdugos. La historia de la familia Fernández fue la que desnudó a Ferreyra.  Osvaldo “Cachito” Fernández contó ante el Tribunal cómo había sido su secuestro y las vejaciones vividas durante el cautiverio. Entre los detalles que dio, habló de las voces que de sus torturadores. La del Vikingo Grosse que dirigía casa interrogatorio con picana eléctrica. Y otra, también particular, menos imperativa que la del “gran torturador” que llegaba con la llamada “guardia dura”.

Los dos sobrevivientes de Monte Peloni coinciden en que los represores tenían tres tipos de guardia: una neutra, en la que los detenidos parecían no existir; otra blanda, con ciertas licencias a los secuestrados; y una durísima, donde reinaba la tortura y el sadismo.

Esta última llegaba acompañada por algunos sonidos particulares. Fernández, en su declaración, contó que los secuestrados reconocían su llegada por el sonido de un auto entrando al monte donde estaba el centro clandestino. Él presume que en el vehículo llevaban el generador eléctrico para usar la picana. Para Fernández, lo llamativo era que junto al sonido del auto y la guardia, también llegaba esa voz particular, que atribuyó al Pájaro Ferreyra.

También sabían que para que el auto pudiera entrar el camino tenía que estar seco. Los días de lluvia se convertían, entonces en señal de una pizca de paz. Pero cuando los pájaros cantaban, era probable que el auto llegara al Monte y con Ferreyra al mando de la tortura se hiciera presente.  “Llegamos a odiar el canto de los pájaros”, contó y agregó: “Uno llega a ver con los oídos. La frase cobró sentido cuando pudo explicar cómo reconoció a Ferreyra: su voz como funcionario en democracia se repetía en la televisión. Para Cachito fue como si se le abriera un archivo en la memoria: era la voz que llegaba con el canto de los pájaros.

 La pena

El Pájaro Ferreyra llegó a juicio oral acusado por el secuestro y las torturas de más de una veintena de detenidos desaparecidos que pasaron por Monte Peloni.  Pero en pleno debate la Fiscalía, representada por Walter Romero, pidió se cambiara la imputación al Pájaro y que respondiera también por los homicidios de Jorge Oscar Fernández y Alfredo Maccarini. Los jueces  Roberto Falcone, Mario Portela y Néstor Parra, aceptaron la ampliación.

El 29 de diciembre de 2014 fue condenado a prisión perpetua junto al ex coronel Ignacio Verdura, el ex capitán Walter "El Vikingo" Grosse y el teniente primero Rubén Leites, quien recibió 8 años de prisión. Ese día estuvo sentado entre los acusados para escuchar el veredicto. Lucía desmejorado y su piel más amarilla que de costumbre.

JC/PW

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