Infojus Noticias

El ministro de Economía, Axel Kicillof, entregó legajos a familiares de desaparecidos en un acto por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia celebrado en el microcine del Palacio de Hacienda. Los legajos eran de trabajadores que pertenecían, mayormente, al Ministerio de Economía. La tarea del Estado, según Kicillof, fue “sacarlos del olvido, porque estos documentos se quisieron borrar, y debimos reubicarlos, reconstruirlos y buscar a las familias de cada trabajador para entregárselos”.

La actividad principal consistió en la entrega pública de los primeros legajos reparados  a partir del decreto 1199/1. Posteriormente, se pusieron placas en su memoria.

Ante un auditorio colmado de militantes de derechos humanos y trabajadores, Kicillof le entregó a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, el legajo de su hijo Carlos, quien fuera desaparecido a mediados de abril de 1977, cuando se desempeñaba en el INDEC.

Cortiñas recordó que "fue en esta casa, en el ministerio de Economía, donde se redactó con máquinas de escribir la primera solicitada sobre desaparecidos que se publicó en el Diario La Nación". La dirigente recordó que, por intermedio de su hijo, "un funcionario (de carrera) del Ministerio habló con el director periodístico de La Nación, Claudio Escribano, y éste con la gente de Contaduría, para que contaran, centavo por centavo, el dinero destinado a la publicación".

Durante la ceremonia, dedicada a los "familiares de los compañeros y compañeras que fueron víctimas del terrorismo de Estado", hubo un homenaje a HIJOS y a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El encuentro fue organizado por la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia del Ministerio de Economía, y contó con la presencia, además de Kicillof, de la ministra de Industria, Débora Giorgi; del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, el representante de Espacio Mansión Seré, Hermann Von Schmeling, y el representante por la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia, Adrián Mangi.

"No era posible que estas historias estuvieran perdidas. En los últimos diez años, demostramos un gran esfuerzo por la reparación histórica y la búsqueda de la verdad. Son sus familiares los que tienen que tener estos documentos ", sostuvo el ministro de Economía. “Los derechos humanos y la economía parecían no tener contacto en la época de la dictadura. Pero había un proyecto económico en curso ligado a la represión. Nuestro Ministerio de Economía está emparentado con la política de derechos humanos. Queremos demostrar, además, que la actual política económica está relacionada con la continuidad del proyecto económico y social que empezaron los compañeros desaparecidos”, dijo, ante el aplauso de los familiares.

Fresneda subrayó el rescate de las historias de vida de los trabajadores. Dijo que “el trabajo es la dignidad de todos”. Y explicitó que los legajos permitieron derribar un mito: “Demostraron que, contrariamente a la demonización de la que fueron víctimas, estos trabajadores tuvieron una gran disciplina en sus ámbitos de trabajo cotidiano y jamás cometieron una infracción. La militancia y el trabajo fueron parte de su vida”, explicó.

Según el secretario, con la entrega de los legajos se rompió un nuevo cerco de impunidad. “La reparación de un legajo laboral se corresponde con la profundización de los juicios por lesa humanidad. Hoy tenemos una Argentina donde la política sobre la verdad, la memoria y la justicia avanzan con la dirección de nuestra presidenta”, enfatizó.

Estos legajos tienen una íntima relación con un archivo de la dictadura encontrado días atrás en el subsuelo del Edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea Argentina. Esos documentos dan cuenta de debates entre los miembros de las fuerzas durante la dictadura sobre el rumbo económico y sobre las leyes que se impulsaron en función de esos intereses.

El fondo documental consta de 11.773 volúmenes. Entre el material, también están las 280 actas de las reuniones que mantuvo la junta militar durante la dictadura. Además, material que ya se hizo público como las listas negras con nombres de personas de la cultura que estaban prohibidos.