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29-10-2015|20:20|Causa AMIA Nacionales
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El juicio por el encubrimiento del atentado

Ribelli: “Galeano sabía que yo era inocente e igual preparó la mentira”

El ex comisario de la Bonaerense, señalado como la conexión local en el atentado a la AMIA, declaró hoy en el juicio. Dijo que el ex juez y los fiscales de la primera causa fueron brazos ejecutores de una conspiración que “venía de los más altos cargos del Ejecutivo”: el ex presidente Carlos Menem y el ex jefe de la SIDE. También reveló que mientras estuvo detenido lo presionaron para que colaborara en el “armado” de la causa por la que estaba detenido.

  • Foto: Leo Vaca.
Por: Milva Benitez y Débora Malamud

(29 de octubre de 2015).- El ex comisario de la Bonaerense que estuvo señalado como la conexión local en el atentado contra la AMIA, Juan José Ribelli, declaró hoy como testigo en el juicio contra quienes lo detuvieron y lo enfrentaron a un juicio con pruebas que, ocho años después, el Tribunal Oral Federal 3 determinó nulas. En el juicio por las irregularidades de esa investigación fue el primer testigo. Y fue esta la primera instancia judicial en la que contó que, en 1997, a pocos meses de su detención, alguien lo fue a ver a la cárcel y le ofreció “avanzar un escalón hacia la libertad” a cambio de “orientar la investigación (del atentado) hacia elementos fundamentalistas”.

Ribelli había llegado a la sala de audiencia con un documento que escribió de puño y letra y, que su esposa resguardó en una escribanía el 12 de agosto de 1997. Ahí contaba, que estando detenido en un calabozo sin ventana, en la cárcel Caseros, –donde corría riesgo su vida porque estaban allí detenido personas que él había aprendido-, un hombre que se presentó como “Julio” fue tres veces a presionarlo para que colaborara en el “armado” de la causa por la que estaba detenido.

-¿Hablaba en nombre de alguien? -le preguntó la abogada que representa la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos Elizabeth Gómez Alcorta.

-No podían entrar si no había una orden expresa de (el ex juez Juan José) Galeano -dijo Ribelli.

En la sala, esta vez en el banquillo de los acusados, Galeano siguió atentamente toda la declaración.

"No tuve duda de que Galeano y los fiscales (Eamon Mullen y José Barbaccia) sabían que yo era inocente y prepararon toda la mentira igual", dijo Ribelli esta mañana ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2. Los considera el brazo ejecutor de “una conspiración que venía de los más altos cargos del Ejecutivo”. Se refería así al ex presidente Carlos Menem y su jefe de Inteligencia Hugo Anzorreguy, señalados también como responsables del desvío de la investigación sobre el atentado en el que murieron 85 personas.

Beraja

Entre los gestores del encubrimiento, para la que considera fue necesaria su privación ilegítima de la libertad y la de los otros policías a los que representa, sumó al entonces presidente de la DAIA, Rubén Beraja. Durante su declaración, contó que en un encuentro con Mariano Cuneo Libarona, uno de su primeros abogados, el ex titular de la DAIA le dijo: “Mirá, nosotros sabemos que no tiene nada que ver pero por lo menos que nos dé algo, que investigue algo desde donde está”. También lo señaló como uno de los que gestó las presiones a distintos medios y periodistas para que no difundieran información que daba cuenta del encubrimiento.

La mención a Cuneo Libarona le dio paso a otro momento de la causa. Contó que en febrero de 1997, después de patrocinarlo para denunciar, por primera vez a Galeano, Cuneo Libarona abandonó su representación. Había estado 60 días preso, los acusaron de robar del despacho de Galeano un video donde se veía al doblador de autos Carlos Telleldín negociando con Galeano el pago de 400.000 dólares para involucrarlo como los últimos portadores del coche-bomba. La denuncia que hicieron recayó en el juzgado de Gabriel Cavallo, y “la dejó caer”, dijo Ribelli.

Privación ilegítima de la libertad

Esta mañana, Ribelli llegó temprano a los tribunales penales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro. Como desde el inicio del juicio, en la sala AMIA, entre el público, estaba su familia. El ex comisario se refirió a ellos en varias oportunidades. Los señaló como damnificados por su detención. Cuando una de las querellas le preguntó por los días previos a su detención, Ribelli quiso mostrar una foto de sus hijos más pequeños.

“Queremos mostrar lo que hacen 8 años de cárcel en la vida de una persona”, dijo su abogado; pero el Tribunal Oral Federal 2 rechazó la pretensión. “Mi hijo más chico tenía cinco años y cuando salí tenía 14", dijo entonces e intentó mostrar una fotografía del joven. En otro tramo describió las condiciones de su detención, dijo que estuvo tres años en una celda sin ventana y, después abundó sobre las consecuencias de la imputación que lo vinculó a la causa judicial que describe como “la más grande de la historia argentina”.

"Hasta el día de hoy Ribelli es sinónimo de AMIA”, lamentó y dijo que “el delito que me han colgado y va a ser imposible borrarlo”, le genera un “perjuicio que no tiene ningún tipo de reparación”. “Solo espero que este juicio permita que la sociedad toda comprenda realmente quiénes desviaron, entorpecieron y no buscaron la verdad con respecto al atentado", agregó. Y, aseguró, por esto "son culpables Mullen, Barbaccia, Galeano y los que están en este juicio y los próximos que vendrán", en alusión a causas por irregularidades en la pesquisa que aún están en trámite, en el juzgado federal de Ariel Lijo.

Testigos del encubrimiento

En este juicio, junto a su socio y abogado Juan Manuel Ubeira, Ribelli se representará a sí mismo en la acusación y patrocinará a los ex policías que como él estuvieron detenidos con pruebas falsas por el atentado, muchos de los que, asegura, fueron extorsionados por el juez Galeano para que declararan en su contra. En este juicio, los defensores de los ex fiscales Mullen y Barbaccia se habían opuesto primero a que querellaran contra ellos, después a que fueran testigos.

En el caso de Ribelli, puntualmente, los defensores mencionaron que al declarar como testigo podría “auto incriminarse” en las causas en las que es investigado por otros delitos vinculados a su actividad al frente de la Brigada de Investigaciones de Lanús y mientras encabezó la División Sustracción de Automotores de Vicente López, durante el apogeo de la “Maldita Policía”.

El tribunal rechazó este planteo, por extemporáneo, pero también por estar alejado de las reglas procesales. Los jueces ratificaron que todos serán escuchados como testigos para dilucidar cómo fue el pago de 400.000 dólares de la SIDE a Carlos Telleldín, para que involucrara a los policías en la ruta que hizo la Trafic que se habría usado como coche bomba en Pasteur 633.

Pero a la hora de interrogar a Ribelli las defensas abundaron en preguntas sobre su patrimonio. Le pidieron explicaciones sobre su vinculación con otros integrantes de la fuerza involucrados en la "masacre de Wilde", que ocurrió el 10 de enero de 1994, cuando cuatro personas fueron asesinadas a balazos. Sus abogado y las otras querellas se opusieron al trato. Antes de comenzar a declarar, Ribelli había asegurado que sería fiel a la verdad, y que su testimonio no se vería afectado por “el sufrimiento que ha acarreó su detención “a toda la familia”.

Al finalizar la audiencia el tribunal informó que rechazaba la incorporación como prueba del manuscrito que Ribelli había resguardado hasta hoy en una escribanía, según dijo, por cuestiones de seguridad. Pero, le permitió dar cuenta de su contenido. En la próxima audiencia, prevista para el jueves 5 de noviembre, el testigo continuará respondiendo las preguntas de la defensa. Y si los tiempos lo permiten será el turno después de los ex policías Anastacio Leal y Mario Bareiro, como él detenidos ilegalmente en la causa sobre la investigación del atentado que Galeano comandó, sin resultados, durante diez años.

MB/RA

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