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Es en el sector “C” del cementerio de la Santa Cruz, de la capital salteña. Los trabajos del Equipo Argentino de Antropología Forense empezaron en agosto y se retomaron hoy. El dato lo aportó un ex empleado, Nicanor Guaymás, que dijo que entre 1976 y 1977 un camión, que llevaba una cruz pintada, arrojaba cuerpos en una fosa común.
Algunas madrugadas un grupo del Ejército buscaba al enterrador del cementerio de la Santa Cruz de Salta, Nicanor Guaymás, y lo obligaba a rellenar con tierra las fosas comunes repletas de cuerpos. El hombre pasaba varias horas paleando, hasta la salida del sol, bajo la mirada de los militares armados y con perros. Su testimonio sirvió para que la Justicia Federal ordenara la excavación de las tumbas en las que podrían haber sido enterrados unos 20 desaparecidos.
En la entrada del cementerio, familiares de víctimas acompañaban el trabajo de los especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que esta tarde reanudaron la búsqueda. Gloria y Teresa Copa se arrimaron hasta una de las fozas, de varios metros de largo por apenas uno de ancho. En sus manos sostenían la foto de su hermano Sergio Wenseslao.
“Es una luz que renace”, dijo Gloria a los medios que cubrieron la búsqueda. La mujer tenía 12 años cuando su hermano -ocho años mayor, militante de la Juventud Peronista- fue secuestrado en la localidad salteña de Rivadavia Banda Sur. Hoy, una de las calles de esta ciudad lleva el nombre de “Militante “Peronista Sergio W. Copa”. “Nosotros desconocíamos de su militancia y menos aún que estaba viviendo una situación de riesgo”, recordó Gloria.
Gloria y Teresa Copa, hermanas de Wenceslao Copa, desaparecido en Oran en septiembre de 1976.
El trabajo que continuaron hoy los especialistas del EAAF comenzó a principios de agosto. La primera búsqueda fue dirigida por Silvana Turner, integrante fundadora del equipo de antropólogos. El juez federal de Salta Julio Leonardo Bavio supervisó personalmente la apertura de una de las fosas utilizadas por el Ejército entre 1976 y 1977.
El dato de que podría haber víctimas de la dictadura en las fosas comunes del cementerio no es nuevo. Lucrecia Baruet, fundadora de la Comisión local de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas de Salta, ya lo había denunciado en 1984. Otros dos testigos lo ratificaron en 2007 y 2013, tras la reapertura de las causas por delitos de lesa humanidad. Sin embargo, la Justicia no ordenó la reapertura de las tumbas de NN hasta que el enterrador del cementerio declaró en la Megacausa de la Universidad Nacional de Salta, en la que se condenó a 17 imputados por delitos contra 34 víctimas.
Nora Leonnard, de Familiares de Desaparecidos Salta espera en la entrada del cementerio de la Santa Cruz.
Ante los jueces, Nicanor Guaymás contó que los soldados arrojaban los cuerpos de madrugada. Después lo obligaban a trabajar hasta el amanecer mientras le apuntaban y le decían que no abriera la boca.
En el lugar estuvo hoy el fiscal federal Juan Manuel Sivila; y la directora de Derechos Humanos de la Municipalidad, María Martínez Morales Miy, entre otros. Los trabajos en el lugar se extenderían por el término de tres semanas, aproximadamente. Los restos ubicados en el lugar serán llevados a los laboratorios que el EAAF tiene en la ciudad de Córdoba, donde se determinará si pertenecen a víctimas del terrorismo de Estado.
SO/RA
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