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La sala de feria de la Cámara Federal de Casación Penal le concedió el beneficio al represor Horacio Elizardo Luján, acusado por la desaparición de Clara Anahí Mariani, la nieta de María Isabel “Chicha” Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Según los magistrados, la cárcel común podría “agravar el riesgo respecto de la salid del imputado”.
La sala de feria de la Cámara Federal de Casación Penal le concedió la prisión domiciliaria al represor Horacio Elizardo Luján, uno de los acusados, junto con Miguel Etchecolatz, por la desaparición de Clara Anahí Mariani Teruggi, la nieta de María Isabel “Chicha” Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Luján era jefe de la unidad regional de la Policía Bonaerense, en La Plata, en 1976 y responsable de la Comisaría Quinta, donde funcionó un centro clandestino de detención.
La prisión domiciliaria fue concedida por los jueces Roberto Boico, Norberto Frontini y Ángela Ledesma, quienes argumentaron el delicado estado de salud del represor. “Luján se encuentra cumpliendo prisión preventiva desde el 23 de octubre de 2006 y superó los 80 años de edad”, dice la sentencia. Además, contempla que, de permanecer en una cárcel común, se podría “agravar el riesgo respecto de la salud del imputado, con compromiso de vida, de no recibir control periódico clínico, neurológico y cardiológico”.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) N°1 de La Plata había rechazado la prisión domiciliaria de Luján en septiembre de 2014 y, tras la apelación, el caso llegó al máximo tribunal penal del país. Según los informes médicos que figuran en el expediente, el represor sufre de un “síndrome extrapiramidal de tipo parkinsonismo, deterioro cognitivo moderado a severo, secuela de IAM (infarto agudo de miocardio) inferior y bloqueo completo de rama derecha”.
La sentencia, que fue tratada en plena feria judicial porque debe realizarse así cuando las presentaciones tienen que ver con la libertad de las personas –en este caso, el pedido de prisión domiciliaria– sostiene que Luján “padece una seria patología neurológica, que se ha visto agravada según marcan los diversos informes médicos”.
“La enfermedad neurológica de Luján se fue agravando con el correr del tiempo de encierro penal y se encuentra con riesgo de labilidad hemodinámica y con una demencia degenerativa por la atrofia, más demencia tipo vascular; patologías que exigen atención y cuidados permanentes”, explican los jueces en la sentencia.
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