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23-5-2013|19:57|Lesa humanidad Nacionales
El testimonio de Oscar Alberto Repossi

ESMA: “Espero que muchos civiles más sean juzgados por el golpe”

Además de Repossi, hoy declararon Carlos España, que tiene un hermano desaparecido, y Beatriz Fiszman de Krauthamer, que estuvo secuestrada en la ESMA. El juicio que lleva adelante el TOF 5 juzga a 68 represores. La próxima audiencia es el miércoles 29.

  • Capucha, uno de los lugares de detención que funcionaron dentro de la ESMA. Télam.
Por: Natalia Biazzini
Oscar Alberto Repossi miró al tribunal y dijo: “Espero que muchos civiles más sean juzgados por haber sido los ideólogos del golpe militar”. el testigo, ex detenido desaparecido, declaró ante el Tribunal Oral Federal N°5 que juzga delitos cometidos en la ESMA durante la última dictadura militar. También testimoniaron Carlos España, familiar de desaparecidos y Beatriz Fiszman de Krauthamer, que estuvo secuestrada en ese  centro clandestino, el mayor de la ciudad de Buenos Aires.
 
A pesar del calor que había en la sala de audiencia, España no se sacó el tapado negro. Había entrado a paso rápido. Cuando le preguntaron qué sabía de la desaparición de su hermano, Néstor España, fue tajante: "Lo único que me acuerdo es que fue en 1976. La que sabía mucho era mi madre, ella me contaba a mí". Néstor está desaparecido junto con su pareja, Liliana Animeta.
 
Néstor tenía 29 años y era docente en la Facultad de Derecho. "Sabía que él militaba pero no sé en qué. Era peronista. Teníamos poco diálogo", dijo el testigo. Cuando el fiscal Guillermo Freire le preguntó cómo era físicamente su hermano, el testigo tuvo que recordar los momentos juntos: "Era alto, delgado, barba incipiente, ojos oscuros”. Le costó seguir. Se mordió los labios. No quería llorar.
 
España relató que en los ‘80, en la revista Somos, de editorial Atlántida, salió un artículo de los desaparecidos- aparecidos. Apareció el apellido España. "Mi mamá estaba totalmente confiada en que podía aparecer”, recordó, y tuvo que hacer una pausa por la emoción. “Mi planteo era que si estaba vivo, se comunicaría con nosotros en algún momento. Nadie desaparece porque desaparece", logró decir con la voz cortada, al punto del llanto. 
 
La próxima testigo fue Fiszman de Krauthamer. Tenía 24 años cuando con su marido, Mariano Krauthamer, fueron el 15 de noviembre de 1976 a buscar a la hermana de él, Marta, para avisarle del fallecimiento de su abuelo. "Fuimos a una casa que funcionaba como taller de costura de Marta, en Caballito o Flores", no pudo precisar. "Estábamos en la planta alta. Mi marido se asomó a la terraza y le tiraron un tiro, lo hirieron". Mariano murió a los pocos minutos.  
 
Sobre su cautiverio, relató: "Me trasladaron en un auto. Me ataron las manos. No me acuerdo mucho. Llegamos a un lugar. Me dejaron sentada mucho tiempo. Querían saber quién era yo, quién era mi marido. Nosotros no teníamos militancia. Me preguntaron por atentados, pero no me acuerdo. No los veía. Me preguntaron cosas que no me acuerdo. Se escuchaban muchas voces. Sé que estuve muchas horas. No puedo identificar los ruidos, eran voces. No me acuerdo. Estaba muy shockeada", dijo la testigo. Poco pudo decir de su liberación, solo que la dejaron cerca de la casa de sus padres, en Belgrano.
 
"Después de un par de días me devolvieron el cuerpo. Nadie me dio explicaciones. Nunca me llamaron de ningún juzgado, hasta ahora. Algunos me dijeron que yo había estado en la ESMA pero no lo pude comprobar nunca". 
 
El último en declarar fue Repossi. El 16 de noviembre del ’76, en un local del partido comunista de Barracas, fue secuestrado junto con dos compañeros: Rodolfo Picheni y Carlos Loza. “Al que más recuerdo en la ESMA es al más hijo de puta de todos: El Sucio. El que más me pegó y el que más les pegó a todos. Me hizo comer hasta las pelusas que estaban en el suelo", dijo, enojado.
 
El abogado querellante Luis Zamora le preguntó sobre Picheni: "No es que me moleste la pregunta, pero cada vez que tengo que hablar de él me emociono mucho. Se suicidó hace poco. Al enterarse que había más y más desaparecidos, se deprimía mucho. Era un tipo muy humano, dijo, y con un pañuelo se secó las lágrimas. “Le dolía lo que les pasaba a los demás. No se pudo reponer”.
 
El testigo relató todo lo que recordaba sobre Hernán Abriata, que está desaparecido. Oscar lo conoció en cautiverio y pudo intercambiar algunas palabras. "Hernán tenía la esperanza de salir porque tenía un tío militar. Pero no, era otro hijo de puta más. Me parece que pertenecía a la marina". 
 
"Una cosa que nunca dije: cuando llegamos teníamos capucha gris y después nos pusieron capucha blanca. Abriata nos dio la luz de esperanza”, dijo el testigo. Bajó la mirada, alzó la cabeza y agregó: “Porque nos dijo que en nuestra capucha se leía: posible franco. La de ellos no". 
 
Para terminar, la jueza Adriana Polliotti le dio la posibilidad de decir algunas palabras. Repossi se despachó contra el "ideólogo" Martínez de Hoz y el "asesino" de Videla. “Los militares se tienen que dar cuenta que los civiles los utilizan", dijo. La jueza dio por terminado el testimonio de Repossi y dijo que la próxima audiencia sería el miércoles próximo. En ese momento, el testigo que ya había salido de su asiento, alzó la voz y dijo: "¡Ah! Me olvidé de hablar de los sindicatos, de Pedraza". La jueza lo cortó en seco. Su testimonio había terminado.
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