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5-5-2015|7:30|Lesa Humanidad Nacionales
El 20 de mayo debía enfrentar un nuevo juicio

Racedo, el marino que de noche secuestraba y de día era árbitro de fútbol

Cumplía una condena a 12 años de prisión por los crímenes cometidos en la Base Naval Mar del Plata durante la última dictadura y murió el domingo 26 de abril. Sus víctimas lo conocieron como el “Comisario Pepe”. Dirigía los operativos de secuestros y traslados de militantes. Los sábados y domingos se desempeñaba como árbitro de fútbol en la Liga Marplatense. Ya mudado a Bahía Blanca, llegó a dirigir la Asociación Bahiense de Árbitros.

  • Fotos: Marcelo Núñez.
Por: Federico Desántolo, desde Mar del Plata.-

Para sus víctimas, fue el “Comisario Pepe”. Así se lo conocía en las mazmorras de la Base Naval Mar del Plata. El oficial del Servicio de Inteligencia de la Marina los días de semana dirigía los operativos de secuestro y traslado de militantes políticos. Los sábados y domingos  se desempeñaba como árbitro de fútbol en la Liga Marplatense. El represor Ángel Narciso Racedo murió días atrás en el Hospital Naval de Puerto Belgrano, de Bahía Blanca. Cumplía una condena por crímenes cometidos durante la última dictadura cívico militar. El 20 de mayo próximo debía enfrentar un nuevo juicio.

José Nicoló, Pablo Mancini y Alberto Pelegrini, militantes de la JUP y sobrevivientes de los centros clandestinos de detención de la Armada, sufrieron en carne propia al grupo de tareas conocido como “Coordinación Federal”. Racedo se presentaba como inspector de la Policía Federal y mostraba la credencial de un comisario de apellido Pepe. Cuando se retiraba con la presa buscada, dejaba el número de teléfono 8-0070 que, según se pudo constatar, pertenecía a la Base Naval.

Racedo ocupó un cargo en la Central de Inteligencia de la Base Naval de Mar del Plata, entre el 15 de diciembre de 1975 y el 21 de febrero de 1977. El 15 de febrero de 2013, los jueces Nelson Jarazo, Alejandro Esmoris y Jorge Michelli lo condenaron a 12 años de prisión por su participación en los allanamientos y detenciones de militantes políticos. Además  le adjudicaron una participación activa en las torturas durante los interrogatorios, pero también en las entrevistas con familiares de las víctimas.

Nicoló fue uno de las víctimas que tuvo al “Comisario Pepe” frente a frente. Mientras estaba encapuchado, reconoció la voz que lo había secuestrado y le pidió hablar. Racedo lo apartó del resto de los detenidos y le quitó la capucha. “Era   corpulento, de tono torpe, voz nasal, una persona alta, rubión, pelo despeinado, ojos claros muy penetrantes y bigote ralo”, declaró 30 años después.

La dupla arbitral

Durante las noches de cacería, Racedo llevaba la voz de mando y el oficial José Francisco Bujedo acataba las órdenes de su superior, pero en el campo de juego los roles se invertían. El “Comisario Pepe” asistía desde la línea y Bujedo era la máxima autoridad.

Edgardo Gabbín cayó en un partido de fútbol dirigido por la dupla arbitral de represores. Era un militante del Peronismo de Base y había escapado del servicio militar en la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina en 1974. El domingo 9 de enero de 1977, mientras jugaba con la camiseta del barrio Libertad, Racedo y Bujedo lo reconocieron. El referí ordenó que fuera demorado por la Policía que custodiaba la cancha. Desde ese día, Gabbín vivió un infierno que se prolongó por dos meses. Cautivo en el camarote de un barco amarrado en Puerto Belgrano, pensó en el suicidio. Cuando lo liberaron, en la terminal de micros de Mar del Plata, lo esperaban los árbitros: “No te queremos ver más por  Batán”, fue la advertencia.

Desde el día de la condena y hasta su muerte, Racedo purgó la pena en la comodidad de su casa en Punta Alta. Allí llegó en los ‘80, luego de pedir el traslado a la Base Belgrano y la autorización correspondiente para desempeñarse como árbitro en la Liga del Sur que reunía a equipos de Bahía Blanca y la zona. Años después condujo la Asociación Bahiense de Árbitros (ABA) y mantenía sus funciones en la Armada.

El 26 de agosto de 2008, un grupo de Gendarmería lo detuvo en su casa de la calle Roca al 200. Era un oficial retirado y se dedicaba al comercio, tenía un local de venta de regalos para turistas. Sus compañeros de la ABA y sus vecinos no podían creer lo que escondía el pasado de Racedo, nunca habían escuchado hablar del “Comisario Pepe”. “No tengo nada que ver, yo soy árbitro de fútbol”, dijo mientras lo sacaban esposado de su casa.

El 10 de abril, Racedo confirmó una de sus sospechas: la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó, por unanimidad, la condena de 12 años que el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata le había fijado en primera instancia. Una semana después recibió otra mala nueva: el 20 de mayo comenzará  el tercer juicio por los crímenes cometidos en la Base Naval Mar del Plata. Debía responder por la suerte de más de 50 víctimas del terrorismo de Estado y varios testigos lo señalaron como uno de los captores que abusó sexualmente de algunas detenidas.

Una enfermedad pulmonar que lo sometía desde hace años le dio el golpe final el domingo 26 de abril. El “Comisario Pepe” murió en una cama del Hospital Naval de Puerto Belgrano. El Rosalenio, el diario digital de Punta Alta, publicó el fallecimiento en la sección “Necrológicas y Fallecimientos en Punta Alta”: Ángel Narciso Racedo, 75 años. Casa de Duelo: Roca 240.

FD/RA

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